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Lic. Daniel O. Bustamante |
La obsesión puede surgir a partir de cualquier idea o pensamiento, afectando significativamente la vida cotidiana. Este estado obsesivo, originado por un temor excesivo, se manifiesta en comportamientos repetitivos que interfieren con las actividades laborales, sociales y familiares.
Este funcionamiento obsesivo se basa en un profundo miedo, tanto a daños materiales como emocionales, que a menudo son imaginarios. Para hacer frente a este temor, algunas personas desarrollan rituales mentales o acciones físicas que les brindan una sensación de seguridad emocional. Por ejemplo, alguien puede sentir la necesidad de revisar repetidamente el cierre de la llave de gas en su hogar por miedo a un posible accidente.
Sin embargo, estas conductas ritualistas pueden ser mitigadas mediante la toma de conciencia del exagerado poder atribuido a la amenaza y la comprensión de que el daño derivado de la situación temida no es irreparable. Además, el esfuerzo por recordar que ciertas acciones ya han sido realizadas puede ayudar a reducir la necesidad de repetirlas constantemente.
Esta reflexión pretende ofrecer un recurso conductual para mejorar parcialmente la incomodidad causada por los síntomas obsesivos, mientras se busca ayuda psicológica profesional adecuada.
Actualizado el 23 de febrero del 2024
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